martes, 17 de julio de 2007

Otro día de aquellos


Ya pareciera que alguien se estuviera robando los segundos del reloj, algo está pasando al respecto.

Es otra mañana en que me parezco al peor de los soldados, y deje a aquella señora sin saber de mí, lo más probable es que haya pensado mal. Hace algo de frío, y aún tengo varias cosas que hacer...primero fumar un cigarro, sí, tal como lo lees, aunque te parezca contradictorio.

A diferencia de otros días, melodías alumbran este momento, y deseo con ganas que hables, en realidad quisiera escucharte, porque si yo tuviera que decir algo, mis lagrimas se dejarían caer de manera inevitable y pensarías lo peor de mi. Espérame, voy por el cigarro.

Con el pasar de los días, las cosas han comenzado a tener sentido, siempre supe que existiría un misterio alrededor de nuestros cuerpos; ¿Sabías que anoche soñé contigo?

Alguien golpeó mi puerta, alguien sabe que estoy mal, alguien sabe que se están llevando algunos recuerdos y borrando todo aquello que querías tanto. Incapaz nunca de completar una pagina, puedo mostrar que las palabras nunca fueron, son, ni serán la opción que muestra lo que verdaderamente sucede, porque siempre dependerán de como se expresen, el tono y la vitalidad que les des. ¿Un consejo? Ya sabes la respuesta, y la sonrisa que se enclava en mi gran ventana, de saber que estas mal, y que te ahogas; ahí voy yo, culpable.

Hoy caminaras, darás tres pasos al frente y le quedaras debiendo seis a tu sombra, que ya no tiene forma, que perdiste junto a la mía. Miraras su cara y yo mientras hundiré mis sueños en algún latido de mi corazón que se debilita. No tengo miedo; sí, si lo tengo, hora de seguir caminando, 15 de noviembre. Un fuerte aire de noviembre trae los mejores recuerdos y ese aire ya me atravesó. Mi árbol sigue creciendo, palabras sin sentido y mi mente se nubla, entorpezco estas líneas y termino mi cigarro.

Punto de partida, comienza un nuevo día, de mañana se levanta el sol, y encontraré lo que perdí. Tú beso enternecedor y tus palabras arremeten contra mis ojos que ya no parecen tener color, un par de zapatos otra vez, tres cebollas y tú. Gracias.