domingo, 12 de agosto de 2007

Quizás, seas Tú


Si a veces callo, no es por que no tenga nada que decir, si a veces quiero salir corriendo, no es por que tenga miedo, quizá sea la necesidad de buscar mi sombra que perdí alguna vez, y quizás puedas tener mi alma, pero nunca tendrás mi orgullo.

Me escondo en tu regazo, me atrapo entre tus besos y a veces me haces soñar; quisiera contarlos, quisiera vivirlos. Ayer te conocí y ya han pasado muchos años, y, pareciera que solo fuera un instante el que sucede cada vez que te siento cerca, te conozco mucho, y desconozco como terminará; me caes bien…no es suficiente…me haces vibrar…aun falta…alucino. Antes escribí de rabia, antes escribí de pena, tú inspiras estas palabras y ni te lo imaginas; esa palabra te cuesta decirla, te cuesta entenderla, es natural que sea así, falta luz en tu ventana, falta tierra a tus zapatos. Mas palabras busco en mi cabeza, me faltan y se que me faltan, se que me faltas y que estas ahí. No puedo hacer mas grande este texto, me siento enorme, me siento gigante e incapaz de retratarlo, desde este lado de la verdad no había escrito jamás, quizá sea eso, quizá sea la falta de costumbre, quizás seas tú.

martes, 17 de julio de 2007

Otro día de aquellos


Ya pareciera que alguien se estuviera robando los segundos del reloj, algo está pasando al respecto.

Es otra mañana en que me parezco al peor de los soldados, y deje a aquella señora sin saber de mí, lo más probable es que haya pensado mal. Hace algo de frío, y aún tengo varias cosas que hacer...primero fumar un cigarro, sí, tal como lo lees, aunque te parezca contradictorio.

A diferencia de otros días, melodías alumbran este momento, y deseo con ganas que hables, en realidad quisiera escucharte, porque si yo tuviera que decir algo, mis lagrimas se dejarían caer de manera inevitable y pensarías lo peor de mi. Espérame, voy por el cigarro.

Con el pasar de los días, las cosas han comenzado a tener sentido, siempre supe que existiría un misterio alrededor de nuestros cuerpos; ¿Sabías que anoche soñé contigo?

Alguien golpeó mi puerta, alguien sabe que estoy mal, alguien sabe que se están llevando algunos recuerdos y borrando todo aquello que querías tanto. Incapaz nunca de completar una pagina, puedo mostrar que las palabras nunca fueron, son, ni serán la opción que muestra lo que verdaderamente sucede, porque siempre dependerán de como se expresen, el tono y la vitalidad que les des. ¿Un consejo? Ya sabes la respuesta, y la sonrisa que se enclava en mi gran ventana, de saber que estas mal, y que te ahogas; ahí voy yo, culpable.

Hoy caminaras, darás tres pasos al frente y le quedaras debiendo seis a tu sombra, que ya no tiene forma, que perdiste junto a la mía. Miraras su cara y yo mientras hundiré mis sueños en algún latido de mi corazón que se debilita. No tengo miedo; sí, si lo tengo, hora de seguir caminando, 15 de noviembre. Un fuerte aire de noviembre trae los mejores recuerdos y ese aire ya me atravesó. Mi árbol sigue creciendo, palabras sin sentido y mi mente se nubla, entorpezco estas líneas y termino mi cigarro.

Punto de partida, comienza un nuevo día, de mañana se levanta el sol, y encontraré lo que perdí. Tú beso enternecedor y tus palabras arremeten contra mis ojos que ya no parecen tener color, un par de zapatos otra vez, tres cebollas y tú. Gracias.

lunes, 30 de abril de 2007

La Pobreza Que Nos Une


Al final de esta carta no te parecerá nada extraño lo leído en ella, y no vale la pena explicarlo. La palabra “pobreza”, siete letras que describen lo que existe entre tú y yo; una relación desgastada a tan poco tiempo de andar. Tú, en tu esquina, siempre con la palabra cierta; yo, deambulando alrededor, buscando una expresión que me permita alcanzar lo que debo… deber, que grande es en la vida de cada uno, y que gran aporte ha sido.

Relación: no me conoces, te desconozco, no desconfías de mí, yo te tengo miedo, no es necesario hacer notar la diferencia. Con el tiempo los sentimientos se enfrían, y yo me voy congelando, tú ya pareces haber muerto de hipotermia. Cada vez que te escucho, descargas tu rabia, me traspasas toda la pena con la que has cargado por años, y mientras más me esforzaba por revertir la situación, siempre volveremos a lo mismo. Lo nuestro nació muerto, quiero decir, nunca nació. Soy el resultado de una mala decisión, de esas tantas que solemos tomar, y no me mal interpretes, no te crítico, pero es la verdad, y en tu cabeza has sabido enmascararlo, has tratado de amarme, lo he sentido un par de veces en la vida, es concreto cada fin de mes, flagelas una parte de ti y me la entregas en pos de mi futuro, pero ya es tiempo de avanzar. Con esperanza me dormí cada noche que ya quedó en el pasado, con incertidumbre desperté, y con amargura me enfrente a la realidad de saber, de tu boca, que hiciese lo que hiciese, las cosas nunca serían diferentes. Sé que nunca piensas en estas cosas, no tienes tiempo, nunca las conversas con nadie, no confías, eres el señor que ha sabido superar cada obstáculo de la vida, siempre con la cabeza en alto y con seguridad que te entrega hacerlo con el consentimiento de una sociedad que te aplaude por ser honrado, honesto.

Estas palabras no tienen esperanza alguna de lograr un cambio, y menos son en pos de una mejora. Como sabes, todo proceso que no tuvo buena planificación, un análisis pobre, jamás se podrá llegar a una buena puesta en marcha.

He perdido las esperanzas; alguna vez te dije que me habías defraudado y fallado, te pido disculpas por ello, la verdad nunca debí tener expectativas. Pensé en odiarte, hablar y delatarte, tomar prestada unas cuantas de tus frases y decírtelas, poner un espejo frente a tu cara, o quizás hacer un mero enjuiciamiento de tus actos, mas pobre aún recordarte cada cosa que he tratado de hacer por ti, pero no entraré a jugar, debo dar la vuelta y tratar de encausar mi vida con sentimientos limpios y sin rencor; los resultados saltan a la vista. Te entrego mis armas, bajo los brazos y cuelgo mi cabeza para que cuando quieras puedas volver a repetirme todos mis errores, repetir que no he valorado tus actos, que soy indigno, esta es mi muerte.